jueves, 19 de abril de 2007

¡Pareces del polígono!

¡Calla! ¡Qué pareces del polígono!

Oído ayer en los paseillos de la universidad cuando una viejuna le decía a su perropatada que parase de ladrar.

Adelaida


He redescubierto la lectura-rollo para coger sueñecito por las noches. De esta manera, el otro día agarré un libro de mi hermana sobre los hábitos culinarios de la gente. Sobre las guerras que se hacen para robarse los chanchos los unos a los otros. Sobre la llegada de Mesías que entran en las ciudades subidos en un burro para que no les identifiquen con las predicciones (como si de un hombre del tiempo se tratara) de Zacarias. Tal cual.

Esta mañana hablaba con Gonso entre paletada y paletada de chorizo y lomo sobre el mundo de la música. Sobre los mensajes que vienen en las canciones. Todo el mundo sabe que si pones un disco de Europe marcha atrás se oyen cantos satánicos y que si pones del revés una cinta de La oreja de Van Gogh aparece Acebes y te mete dos yoyas por apología de la ETA. Sin embargo, hay gente que no necesita rebobinar sus CDs y sus mensajes salen directamente, incluso en el tutubo.

¿Qué podemos decir de Adelaida? Pues...