miércoles, 27 de febrero de 2008

Pon un chafka en tu vida

El señor Turing fue concebido en 1911 en Chatrapur, India. Su padre Julius era miembro del Cuerpo de funcionarios británicos en la India. Julius y su mujer querían que su hijo fuese guiri y naciese en el Reino Unido asi que regresaron a Paddington, donde el oso.

No os voy a contar un rollo sobre este hombre, porque para eso ya está la wikipedia y ya habló sobre él Chica Nube. El caso es que hoy me escribía mi amigo Ascar:

Te recomiendo que pongas lo de escribir palabra cuando alguien quiera publicar un comentario porque ya me ha pasado de comentarios hechos en plan masivo con algunos que te enlazan a virus.
Ojo, he pulsado uno y casi me hago caquita.

Se supone que lo de la palabrilla es el "Completely Automated Public Turing test", tambien conocido como CAPTCHA, aunque no me pregunteis con qué debería coincidir el acrónimo porque no caigo. Pero vamos, la idea es averiguar si eres suficientemente humano como para poder entender la palabrilla y no dar mucho por culo en el internet.
Menos mal que esto no se inventó hasta el año 2000, porque si no, ya me direis donde estaría la gracia de Blade Runner. O de las mil y una versiones posteriores.

Pero no. Aquí en El día de la Marmota no vamos a poner ningún chafka de esos. Yo es que soy de la liga antichfcas. Los odio a muerte porque pierdo mil horas intentando descifrar las letrillas esas. Me cuesta un horror. En serio, como lo de tratar de indicar una dirección. Estoy en contra. Además, así, los menos espabilados que pulsen donde no deben pulsar serán eliminados poco a poco.
Esta es una manera como otra cualquiera de mejorar la especie.

PD.: En honor a Anisdelmono diré que ayer preparé unos tallarines con leche de coco y curry verde (tai, tai) de chuparse los muñones.


martes, 26 de febrero de 2008

Se busca

Gonso fue visto por última vez entre una marea humana en el entresuelo. Con él iba Manwel, y ya no se sabe nada de ellos. Gonso llevaba camiseta negra y pantalones vaqueros, de esos apretados como culo de colombiana. Manwel... Manwel no distingue muy bien los colores.




Cualquiera que tenga una pista, por favor, que contacte con nosotros.


jueves, 21 de febrero de 2008

Condenado a Galernas

Yo me acordaba de cuando era pequeño y me leía lo de Asterix y Obelix, donde todo el mundo ponía mal los acentos en los nombres -os lo comento porque soy así de repelente-. Cuando me propuse venirme aquí, a la pérfida Albión, me acordaba de las torturas que aparecían en esos comics. Las de los romanos. Sobre todo lo de ser hervido en salsa de menta, condenado a los leones o a diez años de galernas.

En el otro extremo de la galaxia, siempre se habla del tiempo en Escocia. Es un tema socorrido donde los haya, como hablar del Madrid, de Gasol, de Esperanza Aguirre o, por qué no, de lo mala que está aquí la comida. Como ya comentaba Rotulador, o como ocurre con los cafés en españa, cada uno se lo toma de una manera.

El caso es que hoy venía con la bici y casi muero sucesivas veces, sin exagerar. Y lo peor no es la lluvia o la nieve que se te mete en los ojos. No. Es el viento. Es entonces cuando me he acordado. Esto es lo de las galernas?

- Condenados a galernas! -decian- Y si no, a los leones!

Y claro, los tíos enfilaban a los leones antes que enfrentarse a las galernas. El caso es que mañana tengo que dar una charla sobre el trabajo que he hecho aquí. En Edimburgo. Con las galernas. Por ahora tengo hecha la primera transparencia, donde aparece mi nombre.

Todavía no me he decidido, pero creo que me voy a decantar por la salsa de menta. No busqueis la asociación de ideas, yo llevo un rato y no hay manera.


lunes, 18 de febrero de 2008

No sirve de nada

Después de una rápida incursión por tierras Granainas me volví para Madrid. El punto anecdótico del viaje -no podía faltar- fue el de un finlandés al que le había robado todo el dinero en Valencia (iba borracho, decía) y que estaba sentado sobre su maleta en la puerta de la estación de autobuses.

- Sorry, do you speak english?- preguntaba.

Al final, después de mucho dar vueltas y de llamar a emergencias (maravilloso número, te salva tanto de un robo como de un ahogamiento incompleto en una isla lejana) acabamos en la calle Leganitos poniendo una denuncia. Hay que ver, Leganitos. Yo que soy un madrileño exiliado, eso de Leganitos me suena al superpoli... y claro, buscando a la poli estábamos. No sé que habrá sido de él, pero estaba tan mal que decía que quizá lo mejor para pasar la noche era que le encerrasen en comisaría.

Vaya, y el domingo tenía que coger el avión de vuelta a casa. En cuanto ví las colas kilométricas me dije que algo olía a podrido en dinamarca. O en Finlandia. El caso es que después de una hora en una cola que no se movía nada me empecé a preocupar. Pero no os penséis que era lo típico de "mi cola no se mueve, las de al lado mogollón". Lo que ocurría era que las cintas de las maletas estaban totalmente colapsadas. Vaya, más aun me preocupé cuando pusieron en mi cola el cartelito de "closed". Al final, con mis mochilas a cuestas dije ¿puedo llevar todo esto como equipaje de mano? La mujer que llevaba el cotarro me entrevió asomando la cabeza entre las bolsas.

- Sí, sí, ¿llevas líquidos?- preguntó. Estaba claro que a falta de 15 minutos para perder el avión no le iba a decir que sí, por lo que, tras sopesarlo, elegí poner mi mejor cara de seriedad (y descartar la risueñeidad).

- ¡Nopordios!- exclamé.

Total, que me dirigí al control de maletas con mis geles, mis pastas de dientes, mis deshorodantes y, aun diría más, mis cortauñas. Todo ello armas de destrucción masiva según la normativa vigente.

Como pueden adivinar, nadie me detuvo, nadie me preguntó que era eso que llevaba con pinta sospechosa en la maleta. Pasé mis líquidos por el control de seguridad y me subí al avión con la mejor de mis sonrisas. La próxima vez, me llevo una botella de agua en la mochila a ver qué pasa. Pongo a dios por testigo que nunca más volveré a pasar sed esperando en el aeropuerto!