jueves, 27 de septiembre de 2007

Pena penita pena

Hay pena. Por irse después de cinco añitos. Según me comentan han tardado cerocomados en ocupar mi hueco en el cubículo de mi trabajo (eh, María, que me entero de todo)...

Entre unas y otras cosas he podido conectarme para mandar y recibir imeils pendientes que tenía. Para decirle al escocés que cuando vaya al aeropuerto a recogerme (para que luego digan, eh, qué majo) que no sirve la foto del CV porque ahora tengo barba y más pinta de andergraund. Para preguntarles a una sueca, una australiana y una inglesa que alquilan una habitación que a qué se refieren exactamente con "She (la inglesa) is also the leader of a church cell group which takes place in our living room every Tuesday". Sí, como lo oís. También para buscar el teléfono de la Caixa y decirles que, por dios, que nos devuelvan los más de 200 euros en comisiones que nos han cobrado de la cuenta de Precarios.

Aun así las cosas, con más maletas de las que puedo transportar, el sábado por fin vuelo a Edimburgo. Ya sé que dije hace un año que me iba en seguida, pero la culpa la tiene la sociedad. Esta noche toca despedirse de Anísdelmono, con la que acabo de hablar hace un rato:

- ¿Viste anoche Muchachada Nuí? -preguntaba-. No, estaba en casa de mi hermana.
Jaja, es que saliste! Mira como parpadea, despacico, jaja.

En fin, para que veáis.



¡Ay pena! ¡Os voy a echar de menos!