miércoles, 18 de julio de 2007

Excursiones Curiosas

Antes de seguir hablando del magnífico plan, y para relajar la tensión del ambiente, hoy os vengo con otro tema curioso, un poco en plan Fogonazos.

En semana santa habíamos planteado irnos a cabo de gata. Esto es algo que siempre viene bien ya que como plan de relax es muy socorrido. Sin embargo, como ya dijimos, no hubo manera de sacar la toalla. Así, tuvimos que buscar planes alternativos, como el de recorrer la llamada Vía verde del Maigmó.

Desde 1882 existían distintos proyectos de construir un ferrocarril desde Alcoy, ciudad donde las halla, al puerto de Alicante. Después de distintos proyectos que no llegaron a ver la luz por diversos motivos, y al amparo del Plan de Ferrocarriles de D. Rafael Benjumea, Conde de Guadalhorce, y a la sazón, ministro de fomento del Gobierno del General Primo de Rivera, comenzaron en 1926 las obras de la construcción de un ferrocarril de vía ancha entre las localidades de Alcoy y Agost. Dios, vaya frase más larga.

Los trabajos comenzaron el 8 de marzo de 1928, y se preveía una duración de tres años. Los problemas técnicos del trazado de la línea produjeron un retraso de las obras, que no se terminaron hasta 1932. Quedó pendiente, sin embargo, colocar las vías y la catenaria. Todo el proyecto se desarrolló durante la llamada Edad de Plata española, y quedó cortado, como tantas otras cosas, por el golpe de estado y la Guerra Civil. Tras la guerra, el Banco Mundial desaconsejó continuar con los proyectos ferroviarios y el tema se dejó de lado. Así que ya sabéis a quien os tenéis que quejar cuando vayáis por carreteras plagadas de camiones.

Ahora el recorrido está abandonado, pero se puede transitar sin ningún problema, atravesando varios túneles de varios kilómetros de distancia. Es una excursión muy sencilla y muy recomendable. Los túneles están a oscuras aunque tienen interruptores para iluminarlos. Y vaya, no hay nada como entrar en un túnel de varios kilómetros, a oscuras, sin ver absolutamente nada. Sin ver ni la entrada ni la salida, y sin saber si el cartel de la entrada que ponía "prohibido el paso" se debía a algún agujero en en mitad del camino.

En uno de los túneles encontramos la única ventana al exterior, donde nos hicimos las fotos de rigor. La verdad es que es un sitio de lo más curioso.





Hay que ver la pintilla de interesante con la que salgo, eh. Y si os fijáis, en la primera también aparece María, allí por el fondo. La verdad es que Ascar -compañero de viaje- y yo llevábamos los pelos como escarpias, daba miedete, jeje.


martes, 17 de julio de 2007

Avances en discreción

Ya nos lo decía nuestra amiga Anele. Así, con estos pelos, no vamos a ningún lado:
¡Cómo se le ocurre hacer público semejante plan sin seudónimos ni contraseñas ni nada!
Pues nada, a partir de ahora, a cualquiera que se le pase por la cabeza asaltar el bosque de la Alhambra lo tendrá mucho más fácil. Solo tendrá que buscar en el google:

Las palabras mágicas...


Juju, ¿no es emocionante?


lunes, 16 de julio de 2007

Preparando la despedida

Al que no lo sepa todavía yo se lo cuento: cinco años es mucho tiempo y me voy ya de Granada. Ya lloriqueamos hace un par de semanas sobre el tema, así que no insistiré. He pedido varias becas/contratos para irme a trabajar a Edimburgo, también un contrato para Francia con pocas posibilidades.

De las cuatro becas que pedí, ya me han dicho que no dos de ellas. Pero me han dicho que no con muy buenas palabras, que conste. Algo así:

El Patronato de la Fundación Alfonso Martín Escudero ha adjudicado las 30 becas convocadas para realizar trabajos de investigación en universidades o centros en el extranjero 2007-2008. Con este motivo lamentamos comunicarle que su candidatura no ha sido seleccionada.

Un cordial saludo,
Rocío Ayudarte Cruz


Ayudarte... ayudarte podría, que le decía Yoda a Luke después de escoñar la nave en la que viajaba. Qué cruz! Pero que no panda el cúnico, todavía quedan dos y todavía mantengo la fe.

Pero vamos al lío. El otro día estábamos en la boda de uno de nuestros principales admiradores secretos cuando, con la llegada del amanecer, se nos ocurrió un magnífico plan: Como despedida de Granada, asaltar el bosque de la Alhambra.

Durante dos semanas hemos preguntado a gente, buscado información, incluso me bajé el googleearth para tener una buena perspectiva del terreno. La idea poder entrar en un bosque que está metido en la ciudad pero en el que nadie puede entrar. En un bosque que tiene sus muros, sus puertas, sus cancelas y sus llaves. ¿No tenéis curiosidad sobre cómo puede ser lo que hay allí dentro? No queremos llegar al propio recinto de la Alhambra ni de los jardines del Generalife, sino a esa zona de bosque que se ve desde el paseo de los tristes.

Después de mucho preguntar, ayer comenzamos la investigación sobre el terreno. En primer lugar había varias dudas sobre los sistemas de vigilancia que, finalmente, hemos podido averiguar:

1.- No hay perros. Además de que nos lo olíamos, hemos confirmado la ausencia de chuchos con malas intenciones, gracias a otra admiradora infiltrada en las hordas enemigas.

2.- En las zonas a las que queremos acceder no hay cámaras de vigilancia. Todo esto se ha comprobado sobre el terreno, ayer domingo.

3.- No hay guardas en el bosque. Pero en ocasiones se asoman desde la Alcazaba.

4.- Los aspersores solo se encienden a primera hora de la mañana. No tengo pruebas de esto, pero da igual.

La idea inicial era la que me contó mi abuelo hace mucho tiempo:
Es relativamente fácil, pero esa información es alto secreto. Tienes que subir por la cuesta de Gomerez y una vez pasado ese arco subes un poquito por el carril. No sé, veinte metros, y entonces te giras a la Alhambra y subes por entre los hierbajos... Entonces llegarás a la muralla y por allí saltas, lo más pegado a la Alhambra. Por allí ten cuidado y mira siempre a la Alhambra porque los guardas se asoman y están las luces. Además verás la vereda que transitan los jardineros, pero los guardas no pasan.


Sin embargo nuestro amigo italiano nos avisó de que la cuesta Gomerez estaba en obras y que por allí no se podía. Así, ni cortos ni perezosos, ayer domingo hicimos las mochilas y nos fuimos a planear el asalto. Sobre el terreno.

Como internet va fatal, luego cuelgo las fotos que hicimos y os cuento el plan. Vaya, tanto rollo para nada, no?

viernes, 6 de julio de 2007

Falafel

Cuenta la leyenda que antes de los tiempos bíblicos, en un rincón de la India que llamaremos Serendip cuya memoria se confunde con la imaginación, gobernaban tres sabios príncipes.

Los tres príncipes tenían gran fama entre el pueblo al que gobernaban de manera justa y buena. Como todos los gobernantes. Su buena fama, sin embargo, no se debía a su buen gobierno, sino a su habilidad para resolver enigmas a través de increíbles casualidades.

Ha querido el azar que de todo esto tan solo nos haya llegado un par de buenas fábulas. Cuenta la leyenda que una mañana como esta, cuando se dirigían camino a Kandahar, se encontraron con un paisano. Hablaron del tiempo, del precio del pescado y de recetas de cocina. Al cabo del rato, uno de los príncipes dijo -muy como en comienzo de El nombre de la rosa-: Por aquí ha pasado un camello tuerto del ojo derecho.

El paisano se quedó intrigado ¿Cómo pudo averiguar algo semejante?

La expliación era sencilla. Había observado que la hierba de la parte derecha del camino, la que daba al río, y por tanto la más atractiva, estaba intacta. Mientras, la de la parte izquierda, la que daba al monte y estaba más seca, estaba consumida. El camello por lo tanto, no veía la hierba del río.

El caso es que, cuando llegaron a Kandahar, habían perdido casi todas las provisiones. Solo les quedaban unos puñados de garbanzos, pero astutamente apañaron una comida muy maja que gustó a niños y mayores. Cuando les preguntaron por el nombre, dijeron que se llamaba Falafel, palabra que proviene del sánscrito: Fala, hablar y Fel, bien. Porque cualquiera que lo probase, hablaría bien de ellos.

Receta:
1) Los garbanzos se ponen en agua 24 horas y luego se pasan por la batidora (que como siempre debe ser buena, y si es Braun 600W, mejor). El paso de batirlo todo puede llegar a costar, pero paciencia y poco a poco.

2) Al mogollón se le añaden, según el día: cilantro, cominos (que creo que no debería llevar pero me da igual), algún diente de ajo, zumo de limón (le da sabor riqui) y cebolla. Todo, de nuevo por la batidora.

La cebolla y el limón (sobre todo si son de Kandahar) le queda bastante bien porque los hace menos secos y más fresquis. Si la masa está muy líquida por el limón, siempre se le puede añadir un poco de harina para espesar. Luego se hacen bolillas, y ale, a freir en oliva virgen.

A veces les he puesto zanahoria cruda (todo por la batidora), pero no da mucho sabor.

Lo más importante es que los garbanzos deben estar crudos (pero con 24 horas en agua). A algún listillo seguro que se le ha pasado por la cabeza agarrar un bote de garbanzos cocidos y hacer los falafeles con esto. Pero no, si lo hacéis solo conseguiréis que la masa se os deshaga en la sartén... os lo digo yo que también traté de ser espabilado.

lunes, 2 de julio de 2007

He visto cosas que nunca imaginaríais II

"... el insaciable caciquismo local haga mangas y capirotes del estatuto universitario, se entregue sin pudor a las andanzas del favoritismo en la designación de catedráticos y auxiliares y derive en beneficio de los amigos incondicionales, y no ciertamente para servir altas idealidades..." (Santiago Ramón y Cajal, El Siglo Médico, 1919)