lunes, 8 de octubre de 2007

Our house, in the middle of our street

Nada más llegar me metieron en una especie de Bed&Breakfast con derecho a cocina. No se crean, tenias derecho a estar en la cocina. Pero eso sí, en cuanto intentabas preparar algo que tuviese olor, saltaba la alarma anti-incendios.
No es que los británicos no tengan cultura culinaria, lo que ocurre es que tienen un gremio de bomberos muy potente.

Le dije a la mujer que era solo para una semana, que quería encontrar un pisito cerca del centro. Ella, despues de explicarme por novena vez como funcionaba el lavavajillas, me soltó en plan maldición gitana: Aquí ha venido gente para una semana y luego se han quedado tres meses... Asustado me tenía.

He llegado a almacenar más de veinte anuncios, y solo he podido ver cinco casas. En este tiempo he averiguado que si una dirección no aparece en un mapa, es que está lejos, muy lejos. Más de una hora, y otro tanto para volver. En fin, entre las que sí he visto, se vuelve a cumplir eso de que he visto casas que nunca imaginariais.

La buena noticia es que habemus casa. Tengo una habitación con cama doble, mucha luz, en un barrio muy tranqui. Lejos de mi facultad, cerca del centro. Comparto con una ilustradora de cuentos para niños y con una estudiante de arte islandesa. Y vaya, estáis invitados.

PD.: este fin de semana me he acordado de todos vosotros, tuve un sábado de lo más subrealista y gracioso.

2 comentarios:

Gonso dijo...

Me gusta lo de la cama doble y cerca del centro.

Gonso dijo...

Para cuando tienes previsto asaltar el castillo de Edimburgo?