domingo, 18 de noviembre de 2007

Meditación

Yo me imagino que no se lo van a creer, pero el otro día estuve en una clase de meditación. La culpa es de la amiga Molinera, a través de Anisdelmono, y que entre unas cosas y otras me animó. La verdad es que yo soy muy, muy poco espiritual, aunque también es cierto que cuando he tenido a algún gurú cerca siempre me ha dicho cosas raras. Vaya, yo creo que siempre se ha debido a una mala graduación de la vista, por lo que tengo que hacer un gran esfuerzo para mirar a la gente, y claro, uno así puede hacerse el raro/interesante. Pero vamos, que nunca me he creido eso de que las pilas se recargan si las metes en el congelador, ni que poner un imán en el grifo vaya a hacer que tengas mejor vida o que tu vecina, la rubia del piso de abajo, te vaya a sonreir cuando baje a tirar la basura. Yo siempre he sido de los de 2+2=4 y si no, pues es porque algo se me ha escapado.

Total, que dispuesto a ser -aun más- mejor persona, me lié la manta a la cabeza, agarré la bici (horreur) y me fui a la clase de meditación. Yo, con todo el tiempo que he perdido en mi vida leyendo la wikipedia, creo que nunca me había informado mucho sobre el tema. Sí sabía de gente que lo hacía, pero nunca le había dedicado muchas preocupaciones.

Sin enrrollarme demasiado, llegamos a la casa donde eran las clases, nos quitamos los zapatos y nos metimos en la habitación. Además de nosotros dos, había dos personas más y el hombre-gurú o el nombre que reciba en este caso, pero que para la seriedad de la historia nos viene que ni pintado. Yo, todo hay que decirlo, me sentía un poco como el tío ese que gritó lo de "no a la guerra" en el miting de Aznar, allá por cuando este país todavía era decente y las hordas rojas aun no lo habían arrasado. En fin, que nos sentamos en unas sillas, en círculo, y el hombre-gurú se puso a hablar.

Además de que me cuesta un horror entender a los indígenas, lo más complicado para mí no es el idioma en sí, sino mantener la atención para por lo menos esforzarme en la conversación. Y si encima me están hablando de cosas demasiado jipis, pues tardo cerocomados en ponerme a mirar la moqueta y empezar a recordar los documentales de la dos, los ácaros, y toda la fauna que debe estar por allí abajo -hola señor cangrejo-. Y no hablemos del diseño del papel de las paredes. Así, entendí que nos iba a leer unas cosas, y que luego se tenía que salir un momento, pero que luego volvía. Estupendo -pensaba yo- esto no parece complicado.

Se puso a leer con una voz tranquililla y fue cuando me percaté de que en vez de mirar la moqueta tenía que cerrar los ojos -como ya estaban haciendo todos los demás- y empezar con la meditación. Estamos apañados. Lo de la atención de allí arriba no era una tontería: me cuesta un horror conseguir concentrarme en un tema más de diez minutos. Y me cuesta aun más relajar todos los músculos sin moverlos más de cinco minutos. Vaya, me empiezan a entrar tics nerviosos, siento que las muñecas se me cargan y como que todo el cuerpo me duele.

Así pasaron los primeros interminables 20 minutos, hasta que dije, venga, vamos al lío. Intentaba imaginarme como sería el tema de la meditación, dejando la mente en blanco (soy una nube.. soy una nube...), poco a poco noté que bien, que me relajaba, que ya no notaba las manos -y no por falt de circulación- hasta que de repente, zaca, casi me caigo de la silla. Coño, y es que entre mis mejores habilidades está la de quedarme dormido en cuanto me descuido! En fin, que después de el susto que me pegué -porque casi me piño, en serio- ya no conseguí volver a ponerme ni en plan zen ni nada. Y es que me daba miedete empotrarme la cara contra la alfombra, oyes.

Al final, cuando terminamos, el tío nos empezó a preguntar que qué tal, que si nos había gustado. Ay, me van a perdonar (-10 puntos al karma, ayayay), pero no pude decirle la verdad y solo conseguí sacar un poco de risueñeidad y decirle un yesverynice. Y es que, mi hermana dice que, haga lo que haga, siempre sonría a los indígenas.



2 comentarios:

aNaN dijo...

Gracias por el comentario!! :) Y me olvidé de decir que se tiene que dejar macerar al menos durante 6 meses!! Y con la meditación..., poquito a poquito, tu sigue pensando que eres una nube!! ;P

Neikos dijo...

6 meses!! Dios mío! Pues alguien me tendrá que traer algo mientras espero!!!